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domingo, 15 de abril de 2012

¿Divorciarse a los 50 ?

Domingo, 15 de Abril, 2012
Son matrimonios que rompen su vínculo después de 25 años de casados
En Estados Unidos el número de divorciados a los 50 años se duplicó en las últimas dos décadas y en Latinoamérica, las cifras son similares.
A los expertos no les extraña. Las mujeres a esta edad ya no están ocupadas con la crianza y pueden replantearse su vida, sobre todo si tienen independencia económica. Con mayor autoconciencia de sí mismas, quieren vivir bien. ¿Dónde pondré mis inversiones afectivas, emocionales, de pensamiento en el futuro? Es lo que se preguntan.
Ejemplo real
-Me casé en 1982, hace ya 30 años. Conocí a mi marido en la universidad. Fuimos novios por 3 años, nos graduamos y nos casamos. Pronto planeamos empezar a tener familia. Esos primeros años fueron difíciles, el cambio se empezó a notar cuando nació nuestro primer hijo. Uno se convierte en mamá al mil por ciento, además trabajas y estás muy metida en la crianza.
Ahora que Emma Contreras lo piensa, cree que ahí comenzó a debilitarse la pareja. Su marido se sintió dejado de lado, lo que se fue acrecentando a medida que llegaron los otros dos niños.
Cuando llevaba siete años de casada empezó a pensar en separarse. No se sentía contenta. Quizás -como buscando causas- dice que lo que más les afectó fue no conversar las cosas en el momento, "después tú te vas guardando todo". También cree que se enfocaron mucho en pensar en el futuro, en vez de vivir el presente. "Pensábamos qué cosas haríamos cuando fuéramos viejos".
Emma Contreras es una ingeniera civil de 55 años que trabaja en una consultora de proyectos, y en ese tiempo, pese a todos los problemas, ella quería seguir adelante con su matrimonio. "Me casé pensando que sería para toda la vida". También sus ganas de mantener a su familia unida eran fuertes. Pero con los años aumentaron las diferencias entre ellos. Hasta hace dos años, en que ya no hubo más vueltas que darle. “Estamos divorciados desde entonces”.
La sentencia de divorcio salió el 25 de julio de 2010, ya no existiría entre Emma y su marido "el contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente".
Divorcios en aumento
Las tasas de divorcios aumentan año tras año, algo que sociólogos, economistas y abogados piden tener en cuenta cuando observan que en los tramos de edad, las mujeres entre 50 y 60 años han incrementado sus cifras de divorcio en la última década.
El fenómeno también se observa en Estados Unidos, donde la tasa en los últimos 20 años creció más del 50 por ciento. Según un análisis de la base de datos del censo estadounidense, en 2010, un tercio de los adultos entre 46 y 64 años estaba divorciado, separado o nunca se casó, comparado con el 13 por ciento que estaba en esa misma situación en 1970.
"Hay un cambio cultural en la sociedad en que influyen variados factores, desde el nivel de educación-de hecho, en promedio hoy las mujeres se educan más que los hombres -, hasta el aumento de la participación laboral femenina. A ello se unen temas culturales; hoy, por ejemplo, es más aceptada la convivencia prematrimonial y la anticoncepción permite a la mujer mayor libertad", dice Loreto Cox, ingeniera comercial con mención en economía, y socióloga.
Efectivamente, si se miran las cifras, hoy, en promedio, las latinoamericanas mayores de 17 años tienen 10,3 años de escolaridad, y si hace un siglo su expectativa de vida era de 48 años versus los 82 años actuales, ¿por qué no iniciar una nueva vida sabiendo que quedan al menos 30 años de vida?
La psicóloga Paula Serrano, quien tiene una consulta con muchas mujeres de 50 o más años, habla de "una masa crítica post liberación femenina". Las mujeres tomaron sus libertades y las convirtieron en derechos, dice.
Entre los ejemplos de las razones que llevan al divorcio tardío menciona que el valor de la familia sigue manteniendo a muchas parejas juntas. Las mujeres quieren criar a los hijos con su pareja, para no causarles daño. "Esto pasó siempre, sólo que ahora las mujeres quieren vivir su libertad y hacer lo que quieran". También dice que es difícil envejecer con un "espejo", que es la pareja, que les devuelve la imagen de lo que son en relación a lo que fueron.
"Los maridos -dice Serrano- suelen tolerar mal las nuevas incapacidades de una mujer que decae y esto se suma a la propia dificultad de la mujer a aceptarlas".
Sexualidad
La sexualidad también pesa, porque las mujeres no quieren seguir "rindiendo sexualmente". "Ya a los 50 su sexualidad es más lenta y selectiva"; y además luchan con las mañas que aparecen con los años. "Si el matrimonio fue satisfactorio, las mañas se aguantan; si no, son como cuentas acumuladas, insatisfacciones a las miles de veces que se cedió sin querer ceder".
"Quizás -dice Paula Serrano, y allí radica un aspecto central- es normal y sano que en los últimos 25 años, o sea en el último cuarto de la vida, se quiera vivir los sueños acumulados y tantas veces postergados".
La mujer no decide un divorcio, lo que decide es replantearse su vida. "Yo quiero vivir tranquila", es lo que dicen, según la experiencia de la psiquiatra Mónica Bruzzone. Y eso a todo nivel de edad y social. La psiquiatra recibe a muchas mujeres de este rango de edad en su consulta. Su impresión es que, en los últimos años, la mujer ha cambiado su percepción sobre sí misma, y eso ha ayudado al cambio social, por ejemplo, "en un tema tan vital como el maltrato" (1 de cada 3 ha sido víctima de violencia alguna vez en su vida, según la Encuesta de Victimización 2008, y ellas realizan más del 85% de las denuncias por violencia intrafamiliar).
Un hombre puede querer separarse porque apareció otra mujer; en las mujeres, en cambio, la mayoría de las veces es el resultado de un proceso personal. Que suele ser sin vuelta atrás.
¿Por qué a los 50 y no antes? Simplemente porque es distinto cómo piensa una mujer a los 30 o 40 que una de 50. "Una mujer de 30 o 40 años necesita un soporte de un otro, está muy en el hacer, ocupada todo el tiempo, y si trabaja, más aún". Marcada por la crianza, dice Mónica Bruzzone. A los 50 años, en cambio, ya está asentada, con hijos grandes, lo que le permite "pensarse", tener una entrada de "aire mental", y -un aspecto no menor- tiene conciencia de su finitud.
¿Dónde pondré mis inversiones afectivas, emocionales, de pensamiento? Es lo que se pregunta; tiene conciencia de que la vida se va a acabar, y quiere vivir bien.
En ese proceso, el apoyo de otras mujeres las valida. "Van compartiendo experiencias, desde lo anecdótico hasta lo íntimo, y van adquiriendo poder".
Mónica Bruzzone después de reflexionar sobre este punto, concluye que a las mujeres las ayuda el soporte grupal. Duda que una mujer sola, aislada, tome la decisión de separarse. En cambio, si se siente contenida, y hay un pensamiento crítico grupal, comienza a mirar su vida con ojos críticos.
Si recurrimos a las cifras, en 1990, sólo el 30,9% de las mujeres en edad de trabajar formaba parte de la fuerza laboral. En 2006 era el 38,5% y en 2009 de 41,3%.
-Hoy vivimos en un mundo en que el manejo del dinero es crucial -dice - y eso marca absolutamente la dependencia o independencia de la pareja.
Es importante, que las mujeres tomen conciencia de su propio valor y lo hagan así valer con sus parejas desde los comienzos de su matrimonio. Eso evitará frustraciones a futuro, de parte y parte.
¿Cuál es la mejor tera pia?
–La mejor terapia es la que se inicia con una voluntad de asumir cambios. Muchas personas que creen que el compañero les amargó la vida: "Me arruinaste la vida, me hiciste sufrir", y no recuerdan que el tango se baila de a dos. En la pareja no hay culpables ni inocentes. Sin embargo, hay uno que asume el rol de víctima y pone todas las culpas en el otro: "Vos no me dejás ser feliz".
http://www.nuevaprensa.com.ve/site/articulo/28743/Divorciarsealos50/

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