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domingo, 11 de marzo de 2012

Mírame a los ojos

Domingo, 11 de Marzo, 2012
por Paula Ballesteros
Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo,
para que no se desbarate mientras los hombres
tratan de empujar la historia.
Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas
será la menos sensata.
Gabriel García Márquez

Mírame a los ojos, sostén mi mirada, deja que yo penetre en la tuya y si te sientes capaz, niega el derecho de un hombre a sentir por sus hijos lo mismo que tú. Los niños no son negociables. El día 26 de abril, hombres y mujeres juntos manifestándose en favor de la Custodia Compartida por ley.
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El suceso que marca el Día Internacional de la Mujer Trabajadora sucedió un 25 de marzo de 1911, el incendio de la fábrica Triangle Shirwaist en el que murieron 143 trabajadoras encerradas en condiciones de esclavitud. Desde entonces se conmemora ese día recordando el derecho de la mujer a igualdad con el hombre.
Un acontecimiento funesto, desgraciado parece ser necesario para que el ser humano reaccione y éste, como muchos otros, golpea la conciencia. Batallas famosas, gestas, heroicidades sin género devuelven la esperanza de que el ser humano no lo tenemos todo perdido.

A la lucha por los derechos del trabajador en pleno auge, se unieron las mujeres de todas las fábricas y paralizaron la producción, las condiciones de las que disfrutamos actualmente nada tienen que ver con aquellas y gracias a la unión de hombres y mujeres se ha ido conquistando algo que ahora nos parece existir desde siempre y sin ningún sacrificio.
 Ni hombres o mujeres, nacionalidades o etnias privan al ser humano de su capacidad reivindicativa. La dignidad y la justicia no tienen género, la inteligencia no tiene sexo, la dignidad no tiene fronteras solo es víctima de las que el miedo y la educación marcan.
Los gobernantes de todo el mundo olvidan continuamente que los derechos inalienables desde que nacemos son su primera obligación, sin embargo son conocedores de que la etiqueta empobrecedora nos remite hasta un estado de división en continuo conflicto. La pelea distrae de lo que verdaderamente debería importarnos, la unión constituye una fuerza tan poderosa como imparable.
Las leyes nacen por necesidad y demanda del pueblo, todas las que no tienen este origen constituyen la mayor afrenta a la dignidad del ser humano: la Ley de Violencia de Género, su utilización artera y parcial para proteger a la mujer y dejar en demasiados casos a los hijos sin padre es una afrenta. 
Mírame a los ojos, sostén mi mirada mientras te empeñas en declararme víctima como mujer, yo te recordaré acontecimientos pasados y presentes en los que el colectivo femenino hemos demostrado que aunque la sociedad y sus roles se empeñase, la mujer ha conquistado la igualdad en circunstancias mucho más difíciles, pero hemos llegado.
Si quieres ser justo reconoce el esfuerzo, pero no me declares víctima y te enriquezcas a mi costa: yo, y como yo miles de mujeres en todas las épocas, merecemos la igualdad a la que llegamos día a día, año tras año sin necesidad de privilegios, reclamamos derechos. Y nos los ganamos acometiendo responsabilidades para las hemos demostrado estar capacitadas.
El proteccionismo maniqueo a la mujer ignora los méritos de ésta, nos retrasa ignorando que ya, y con el esfuerzo de todas, ayudadas por muchos, tenemos la igualdad. Todo lo demás es competencia de la educación en valores, minimizar a la mujer, incluso celebrando un día especial para la mujer trabajadora, nos aparta de la igualdad. El día del trabajo es suficiente, todos somos trabajadores.
El homo sapiens nacemos como seres vivos, sin conciencia de género, accedemos a la categoría de persona con la experiencia de los acontecimientos que la vida depara y según como cada uno los afronte y su escala de valores merecemos diferentes reconocimientos. No podemos querer aquello para lo que no nos hemos esforzado, pero si tenemos obligación de reclamar todo lo que nos ha costado esfuerzo.
Mírame a los ojos y dime que mi demanda femenina representada en todas las que se esforzaron y siguen haciéndolo, merecen la consideración de víctima. Niega el reconocimiento de las leyes que me igualan y te mencionaré a Rosa Louise McCauley Parks, considerada la primera dama del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos.
Se negó a ceder su asiento en el autobús a un blanco y a ocupar un lugar en la parte trasera. Gracias a su defensa por los derechos civiles en 1955 (de hombres y mujeres) aunque resultó encarcelada, el Senado Americano declaró prohibida la segregación en el transporte público.
La educación, la enseñanza de los derechos desde los primeros años de vida y la capacidad para reclamarlos con la ley es imprescindible, la base de una sociedad del bienestar primada ante el estado del bienestar. Este último crea leyes no atiende las necesidades a demanda de quienes componemos esa sociedad, nos limita, divide y explota, financiándose con el dinero público que emplea arbitrariamente sin que la sociedad que la mantiene note sus beneficios. Nos condena a la lucha de clases o sexos mientras se erige en defensor de valores que machaca.
Nacemos homo sapiens, llegamos a personas con distintas cualificaciones, merecemos el reconocimiento de madre o padre opositando con el esfuerzo que conlleva ejercer. Ni todas las madres merecemos estar en el cuadro de honor, ni todos los padres ser los últimos de la fila. Padres y madres antes hemos sido personas y la memoria genética que hace sobrevivir a la especie humana no es suficiente para merecer la misma calificación de capacitación en todos los casos.
El ser humano se reproduce, la persona se forma, los progenitores opositamos todos los días para merecer ese título. Los hijos necesitan la presencia en su vida de ambos progenitores, los hijos no se divorcian y negar ese derecho y necesidad, castra su personalidad disminuyendo su capacidad de socializarse creciendo en libertad rodeados de afecto. Si los hijos hablasen y su voz se tuviese en cuenta manifestarían lo mismo que esta joven que se declara en huelga de hambre por la CUSTODIA COMPARTIDA.
Una joven de 25 años ha iniciado este miércoles una huelga de hambre para reivindicar la custodia compartida, puesto que ella misma sufrió el "alejamiento forzoso de su padre", al que no tuvo acceso hasta que cumplió 21 años, según ha informado en un comunicado la Unión Estatal de Federaciones y Asociaciones por la Custodia Compartida (UEFACC).
Se trata de Esperanza Gálvez, que ha decidido iniciar su protesta precisamente en la víspera del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, para denunciar "la corrupción ideológica" que, en su opinión, subyace en las políticas de igualdad que ella ha sufrido como hija durante toda su vida. Según la UEFACC, no entiende la oposición "tan abyecta" de los colectivos feministas hacia la custodia compartida, "que además de ser un derecho fundamental para los hijos, es también el mejor instrumento para que la mujer pueda conciliar la vida laboral y familiar".
Esperanza se ha sumado a la iniciativa de huelgas de hambre que se están llevando a cabo en las últimas semanas en distintas ciudades españolas, y acompaña a otro hombre que reivindica la custodia compartida, Carlos Sánchez, en la Plaza de la Alpujarra de la localidad granadina de Órgiva.
Según la UEFACC, la justicia española le arrebató a su padre cuando ella tenía un año de edad. "Si el Código Civil español hubiera recogido la custodia compartida de los hijos como un derecho a proteger y salvaguardar en las rupturas de pareja, ella habría disfrutado de su presencia durante toda su vida", señalan.
Este colectivo ha pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que ponga "urgentemente" encima de la mesa sendos proyectos de ley que garanticen el derecho de los hijos a mantener relaciones equilibradas y fluidas con ambos padres y que despenalicen y desjudicialicen los procesos de divorcio, que actualmente se gestionan "de forma fraudulenta" en los juzgados de violencia sobre la mujer, "atropellando todas las garantías procesales, violando sistemáticamente el derecho a la igualdad y el derecho a la presunción de inocencia de los hombres, debido al engarce legislativo existente entre la ley de divorcio y la ley de violencia de género, que impide la custodia compartida a partir de una simple denuncia por malos tratos.
En toda España los estigmatizados como hombres en beneficio de mujeres que no ejercen como verdaderas madres, anteponiendo la necesidad de sus hijos a su afán vengativo en muchos casos, económico en otros, ambos en demasiados, se declaran en huelga de hambre para reclamar un derecho que les corresponde y se les niega
¿Tienen que morir públicamente como aquellas mujeres abrasadas en la fábrica de Nueva York, para que seamos conscientes de la necesidad imperiosa que la sociedad demanda? Antes José Lago estuvo 31 días frente a los juzgados de Bilbao en huelga de hambre, como Koldo Meabe y ambos han seguido poniendo su salud en peligro.
Nos escandalizan e indignan los asesinatos de mujeres víctimas de hombres cuyo delito no es inherente a su sexo, ignoramos que su personalidad poco estable y sus valores como ser humano no son genéricos; sin embargo muchas veces desencadenados por la mala aplicación de las leyes y la gestión de las necesidades individuales de cada víctima del asesino.
También existen hombres maltratados, hombres apartados del negocio que se hace con las víctimas, hombres llevados hasta la misma situación de indefensión que reconocemos en muchas mujeres. Hombres que no son beneficiarios de las campañas mediáticas declarando a la mujer como víctima.
Mezclar el asesinato y el maltrato es muy conveniente para el negocio del dolor, uno de los muchos que financiamos en este país de pandereta en el que la justicia se aplica de forma tan dudosa como oportuna al gobierno de turno. Este enlace es un homenaje a un padre que solo quería ejercer como tal defendiendo el derecho de su hija a contar con él. Es el Caso Pimentel, asesinado el mismo día que consiguió la custodia de su hija.

 La ideología de género envenena la convivencia, destruye la familia, rebaja a la mujer como persona y condena al hombre dogmáticamente, nos divide en células sociales adjudicando los roles sociales contra los que hemos luchado encerrando el libre albedrío, La libertad para elegir el camino que según la rectitud de las normas establecidas socialmente, nos eleve a buenos ciudadanos o delincuentes contra los que las leyes de los Códigos Civil o Penal ejerzan su función.

Ser madre o padre es un honor al que se accede por méritos y de lo que nunca se espera rentabilidad personal, al contrario, la inversión de toda una vida dedicada a los hijos solo se debe esperar y luchar por el bienestar de ellos. Rentabilizar a los hijos, exigir como derecho por haberlos tenido una compensación, anula la dignidad del título.
En todo caso y para aquellos, que sin duda como en otras ocasiones, me tildarán de representante del neomachismo enemiga de la mujer, con buena voluntad por mi parte para reconocer su buena voluntad, aunque totalmente desacertada, les recomiendo que al menos parte de los honorarios que reciben formando en las filas de este gran negocio corrupto ganan, los dediquen a la ayuda de esas necesitadas y qué mejor lugar para satisfacer sus ansias de justicia volcando toda su fuerza y lucha, sin financiación naturalmente, en países donde serlo resulta inhumano. Les recomiendo un enlace de los países mejores o peores para ser madre.

Mientras tanto, aquí en España los padres y las madres que de verdad lo somos seguiremos reclamando la igualdad y el derecho de los hijos. El día 26 de abril, en toda España, manifiéstate.
http://www.eldigitaldemadrid.es/articulo_c/general/2802/mirame-a-los-ojos

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