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sábado, 28 de noviembre de 2009

Masculinismo (Para EleG)


Los masculinistas mencionan la existencia de leyes sesgadas, aplicación selectiva de las mismas y la negación de sus derechos civiles como ejemplos de discriminación contra hombres de cualquier edad y orientación sexual. Sus preocupaciones y reclamos incluyen las siguientes temáticas:
Discriminación
Legislación que toma en cuenta las necesidades de las mujeres sin considerar necesidades equivalentes en los hombres.
Prejuicios contra los hombres en el sistema judicial, como condenas más largas por los mismos crímenes. La aplicación de agravantes, ante la comisión de los mismos delitos, según artículo 153.1 del Código Penal, las amenazas leves, en un hombre, son delito, mientras que son simples faltas si los mismo hechos constitutivos se derivan de una actuación cuya comisión sea realizada por una fémina.
Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, ha acumulado desde 2005 más de 200 cuestiones de inconstitucionalidad, siendo una de las leyes más veces han sido “denunciadas” por violar derechos fundamentales de los hombres.
Se cuestiona, hasta qué punto no es utilizado como mecanismo para proveerse de ventajas judiciales, en el reparto de la custodia, puesto que la ley permite, ser inhabilitados por un máximo de cinco años para el ejercicio de la patria potestad sobre sus hijos, recibiendo la custodia la mujer, que inmediatamente, conlleva el uso privativo de la vivienda, hasta que los niños sean mayores de edad, y el pago compensatorio de una pensión alimenticia, muchas veces desproporcionada, que hace que hombres de ingresos medios, deban a volver a vivir con sus padres, a la edad de 40 años.
Las leyes que separan a las víctimas de los acusados pueden impedir que los hombres acusados de violación tengan un juicio justo.
En algunos estados de EEUU., las mujeres pueden casarse a menor edad que los hombres.[3]
Educación
Carencia de asistencia educativa para los jóvenes varones, dado que su desempeño en los niveles superiores es menor al de las mujeres.
En algunos estados de EEUU. es legal tener escuelas femeninas, pero no escuelas masculinas.
Existe la preocupación de que en algunas universidades los programas de estudios de género se ocupan más en enseñar ideología feminista que igualdad de género. El contenido y énfasis de estos cursos varía, y algunos incluso tratan sobre masculinidad, pero los masculinistas temen que muchos de estos cursos inciten a la hostilidad contra los hombres.
Algunas universidades también llevan a cabo programas sobre estudios masculinos. Hay feministas que sostienen que estos cursos son redundantes, pues a través de la historia la academia se ha enfocado predominantemente en los hombres. Pero quienes apoyan el dictado de cursos sobre temas masculinos, le responden que la mayoría de los temas que estos buscan tocar necesitan ser tratados: divorcio, homosexualidad masculina, masculinidad, paternidad o salud masculina.
Empleo
En muchas ocupaciones los criterios de admisión son más duros para los hombres, como en el ejército, la policía y los bomberos.
Los masculinistas sostienen que el exigirles a los hombres en estos trabajos que tengan más fuerza física que las mujeres les impone a ellos una mayor carga de trabajo físico por el mismo pago.
Existe desigualdad en la protección social de las licencias laborales paternas en comparación con las licencias maternas.
Trabajos en los que se emplea exclusivamente a mujeres y que no se considera discriminación [a].
Paternidad
Embarazos llevados a término a pesar de acuerdos previos sobre su terminación, lo que somete a los hombres a responsabilidades parentales no deseadas o expectativas sobre la manutención de los hijos [b] (véase Dubay v. Wells).
Los masculinistas creen que debe haber paternidades iguales sin importar la división laboral en el matrimonio; se oponen a actitudes como la expresada por la Comisión Australiana sobre Discriminación Sexual, en el sentido de que la igualdad de custodia debe comenzar con “tiempo igual de paternidad, dejando intacto el matrimonio”, es decir, que sólo cuando los hombres trabajan medio tiempo debe dárseles a los padres la misma oportunidad que a las madres de cuidar a sus hijos después de una separación, por lo que piden:
Igualdad en los derechos de custodia, como la Custodia compartida.


Salud
Se destina mucho más dinero a temas de salud de la mujer que del hombre. Por ejemplo, se estima que en Reino unido se gasta ocho veces más en salud femenina que masculina.[4] Ejemplo de esto es que se investiga más el cáncer de seno que el cáncer de próstata.
Opciones limitadas de anticoncepción masculina.
La modificación o mutilación de los genitales femeninos se considera inmoral, cuando no ilegal, mientras que la circuncisión no vinculada a problemas de salud está extendida y aceptada en los bebés varones.[5]
Sociedad
Falta de defensa de los derechos de los hombres; mayor número de programas sociales a favor de las mujeres que de los hombres.
Agencias especiales del gobierno para ofrecer asistencia a las mujeres, sin oficinas equivalentes para los hombres.
Hombres encarcelados por no poder pagar la manutención de sus hijos.
Reminiscencias sexistas, mujeres primero en procedimientos de rescate.
Ausencia de un Instituto del Hombre en todas las 17 Comunidades Autónomas de España, así como representación en el Ministerio de la Igualdad de dicho país.
Falta de normatividad sobre fraudes de paternidad.
Violencia
Se niega o subestima la existencia de violencia doméstica contra el varón.[6] [7]
Los hombres son obligados a arriesgar sus vidas en el servicio militar obligatorio exclusivamente masculino.
Se concede más importancia a las descripciones de violencia contra las mujeres (por ejemplo, el cliché “ni con el pétalo de una rosa”).
Los padres condicionan a los muchachos en papeles agresivos y a las chicas en papeles protectores (por ejemplo, soldados de juguete para unos y muñecas maternales para otros).
En los medios, la violencia contra los hombres suele presentarse jocosamente.[8]
La violencia verbal hacia los hombres es tolerada y presentada de forma positiva. La violencia situacional con actitudes de humillación es frecuentemente presentada en los anuncios como un modelo correcto.
Los artículos noticiosos especifican cuando un acto violento se dirigió contra mujeres o niños (y no a la inversa), lo que da a entender que sus vidas valen más que la de un hombre. Comportamientos calificados como sexistas que se condenan en el hombre pero que se ve como algo jocoso o divertido en las mujeres, por ejemplo, a los hombres que asisten a espectáculos de mujeres streepers, se les acusa de sexistas, misóginos, insensibles y que sólo ver a la mujer como un objeto sexual; mientras que a las mujeres que asisten a Shows de hombres streepers, no se les aplica ningún calificativo negativo o mas bien se les alienta a hacerlo.
Se suele asumir la inocencia de las mujeres, y se las trata con más consideración, lo cual puede producir castigos desproporcionados para crímenes similares, acusaciones de violencia doméstica contra hombres agredidos, y más chicos que chicas muertos por sus padres.
La incapacidad de la sociedad para resolver asuntos como las violaciones en las cárceles.
En España desde finales de febrero de 2009 el Tribunal Constitucional, avala la transformación de la falta de amenazas a delito con pena de prisión a quien “de modo leve amenace a quien sea o haya sido su esposa, o a mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia”,[9] mientras que una mujer puede golpear a su pareja repetidas veces siendo simplemente una falta, sancionada mediante una multa.
http://mercadodevalores.com.es/?p=631

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